¿Cómo mejorar la percepción ciudadana sobre una institución que muchos consideran lejana o directamente desconocida? Ese fue el desafío que nos planteó el Banco de España: diseñar una campaña de comunicación institucional que humanizara su papel, conectara con la sociedad y trasladara sus valores de independencia, rigor y servicio público.

Todo ello, sin perder el tono institucional que requiere 
un organismo así, pero logrando una cercanía real con las personas.

El metro Banco de España es un lugar de tránsito diario, pero también un espacio simbólico que nos permitió construir un mensaje de cercanía desde el propio contexto urbano.

Aprovechamos el entorno sobrecargado de impactos visuales para diferenciarnos a través de la sobriedad: 
sin imágenes saturadas, sin ruido. Poniendo el foco 
en las palabras.

En un espacio como el metro, donde cada pared compite por un segundo de atención, decidimos no competir. Apostamos por una estética limpia donde la tipografía se convirtiera en la única protagonista.

Usamos jerarquías tipográficas claras para estructurar 
los mensajes como si fueran pequeñas declaraciones públicas de los servicios más relevantes (y desconocidos) del Banco de España a favor de la sociedad.